sus raices



“Un Pueblo que borra sus raíces es un pueblo que muere...Arocena no quiere morir, por eso lucha por conservar sus raíces e identidad"

viernes, 1 de abril de 2011

Monumento a la Indiferencia

Estancia de Colastiné. En total estado de abandono y casi desconocida por los santafesinos, la estancia que perteneciera al brigadier Estanislao López en Arocena, se derrumba por la desidia. Es Monumento Histórico Provincial.

Un decreto del Ejecutivo Provincial del año 1999, la declaró Monumento Histórico Provincial, por haber pertenecido al brigadier general Estanislao López, pero también porque es un testimonio de las edificaciones rurales de la época. Pero de la estancia de Colastiné, situada en jurisdicción de Arocena, sólo quedan ruinas.

Cuando muere Estanislao López en junio de 1838, don Domingo Crespo, encargado del inventario y división de los bienes, señala la existencia de una estancia del Colastiné como propiedad del caudillo, sin determinar su ubicación y consignando que el precio del terreno -según escritura- es 663 pesos y 4 reales.

Hace el detalle del ganado vacuno, caballar y lanar existente y de algunos objetos y enseres pertenecientes al establecimiento, sin olvidar en esta enumeración a Bartolo y Antonio, dos esclavos a los que -conforme con la usanza- tasa en 380 pesos.

Con el transcurrir del tiempo, la existencia de esta estancia se fue quedando en el recuerdo de unos pocos, de tal manera que en el siglo pasado casi se la desconocía, confundiéndola a veces con otras propiedades del caudillo.

Sin embargo, en el pueblo de Arocena, los viejos pobladores sostuvieron siempre la existencia de esa estancia en las inmediaciones de la localidad, en la zona del arroyo Colastiné, que pasa cerca del casco, de donde viene el nombre que se le da en el inventario de bienes.

Solar de la historia

Su valor histórico no hace falta señalarlo. No sólo perteneció al brigadier López, sino que el caudillo levantó un establecimiento rural, lo pobló, vivió allí temporariamente y lo mantuvo por años. En la posta Colastiné, varias veces se detuvo el brigadier López en sus expediciones o campañas para el cambio de la caballada.

Y mayor sería su importancia de ser cierto el alojamiento de Urquiza y su séquito, cuando atravesó el río Paraná y desembarcó en Coronda el 23 de diciembre de 1851, en su paso para la batalla de Caseros en su lucha contra Rosas. Sobre esto, sólo hay versiones orales que no han podido ser confirmadas, pero uno de los dueños de la estancia Colastiné, el Dr. Dimas Gonzáles Gowland llevó al Museo de Luján (provincia de Buenos Aires), la puerta de la habitación en donde habría descansado el general Urquiza.

En la zona aledaña fue derrotado Pancho Ramírez en 1821. Y también se dice que por ese camino marcharon los ejércitos porteños cuando nos invadieron en varias ocasiones; y que muy cerca de la estancia, sobre el arroyo Colastiné, tuvo lugar en 1842 el combate del mismo nombre, entre las tropas del general Manuel Oribe y las fuerzas santafesinas que defendían Santa Fe del ataque ordenado por Rosas.

Sitio fundacional

La actual población de Arocena tiene su origen en la posta Colastiné, que fuera construida en lo alto de un campo de gran extensión, limitando con la Laguna Coronda y la confluencia de un arroyo que determinó sus límites con la vecina localidad de Coronda, que posteriormente estableciera sus dominios en lo que es hoy la estancia de referencia.

Cuenta la historia que el campo Colastiné o estanzuela, como también era llamada cuando después la adquirió Ledesma Hnos., era un verdadero monte de espinillos, pantanos, lagunas con pastizales y animales salvajes, que con la dirección de Clodomiro Ledesma, se colonizó. Por intermedio de José Fabián Ledesma -que representaba a la sociedad en Europa y vivía en Londres-, contrató a familias de italianos y españoles para que cultivaran esas tierras que fueron divididas en parcelas y arrendadas.

La historia en ruinas

Nosotros dialogamos con pobladores de Arocena, que trabajaron activamente en cientos de trámites y pedidos de audiencias ante esferas gubernamentales, pero siempre encontraron puertas cerradas. "No tuvimos nunca eco en el Ejecutivo Provincial y en las distintas áreas, tampoco en legisladores departamentales, sólo un puñado de arocenses interesados en el patrimonio cultural, nada más", comentaron.

Hace más de un año, cansados de tanta indiferencia y con mucho dolor, abandonaron las gestiones tendientes a la puesta en valor de esta estancia. Hoy ven cómo el abandono destruye sin piedad este Monumento Histórico Provincial.

"Pensar que a menudo escuchamos por medios santafesinos, distintos homenajes y recordaciones que se realizan al Brigadier López en la ciudad de Santa Fe, mientras que a 60 kilómetros lo que fue su estancia se cae a pedazos", señalan.

Según expresara oportunamente el arquitecto Luis María Calvo a la Junta Provincial de Estudios Históricos, "el edificio resulta -tal como se nos presenta-, un acontecimiento representativo en sí mismo, con méritos suficientes como para erigirse en una obra significativa en la historia de la ocupación rural y de la colonización agrícola".

La importancia que siempre se le dio en la zona se refleja en el escudo de Arocena, en uno de cuyos cuarteles aparece este edificio. Y la tradición oral se refleja en la cita del Dr. Dimas Gonzáles Ledesma, cuando refiere que la vieja parra de la casa de sus abuelos fue plantada en época en que la misma pertenecía al Brigadier.

Sin embargo, señala que "no hay indicios contundentes de que bajo la imagen actual de la casa se conserven los muros del primitivo edificio", dado que pasó por distintos propietarios. No obstante, conservó el nombre que tuvo el lugar en tiempos en que el brigadier explotaba el establecimiento y cambiaba la caballada para sus incursiones militares.

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